Tecnologías que prometen satisfacer la demanda de agua en la agroindustria

Actualmente, según datos de la Organización Mundial de la Salud, un tercio de la población mundial carece de acceso a agua potable . Estudios recientes indican que para 2030, la mitad de la población no tendrá acceso, y la demanda de agua superará la oferta en más del 40 % (ONU, 2015). Para 2050, la necesidad se hará aún más evidente, ya que la demanda crecerá un 55 % , mientras que la población mundial alcanzará los 9 000 millones de personas (OCDE, 2013).

Se estima que el 97,5 % del agua mundial es salada e inadecuada para el consumo directo o el riego de cultivos. Del 2,5 % de agua dulce, el 69 % es de difícil acceso, concentrado en glaciares, el 30 % es agua subterránea (almacenada en acuíferos) y solo el 1 % se encuentra en ríos (ANA, 2018).

La falta de acceso y de calidad del agua pone de relieve los problemas de salud pública en zonas vulnerables: 1.800 millones de personas consumen agua de fuentes no protegidas . Más del 80 % de las aguas residuales generadas por las actividades humanas, incluidas las aguas residuales domésticas, se vierten al medio ambiente sin ser tratadas ni reutilizadas (ONU, 2018).

Datos presentados por UNICEF en 2013 indicaron que aproximadamente 3,5 millones de muertes en todo el mundo se deben a enfermedades relacionadas con la mala calidad del agua , como el cólera, la amebiasis, la hepatitis A y las enfermedades diarreicas agudas. En 2015, estudios de UNICEF indicaron que más de 180 millones de personas carecen de acceso a servicios básicos de agua potable en países en conflicto constante, como Siria, Yemen, Nigeria, Somalia y Sudán del Sur.

El sector industrial es responsable del uso del 20% de los recursos hídricos , y los sectores de fabricación de alimentos, bebidas, papel, pulpa, metalurgia, productos químicos y biocombustibles representan el 85% de las extracciones de agua industrial (ANA, 2017). Las necesidades de agua del sector productivo serán aún mayores en las próximas décadas, ya que se espera que la demanda mundial de agua del sector aumente aproximadamente un 400% para 2050. A nivel mundial, se esperan aumentos significativos en la demanda de agua para las industrias farmacéutica y alimentaria, según datos recopilados por la UNESCO en 2017. En Brasil, actualmente se extraen 2,3 millones de litros de agua de los ríos cada segundo para uso industrial , la mayoría de los cuales se utilizan para la fabricación de bebidas, alimentos y cosméticos.

Sin embargo, los datos son aún más evidentes en el sector agrícola: este es la principal fuente de extracción de agua a nivel mundial, representando el 70% del volumen de agua utilizado (Confederación Nacional de Industrias, 2016). Si bien Brasil es el cuarto mayor productor de granos, es el segundo mayor exportador del mundo, con una participación del 19% en el mercado internacional. Y, según una encuesta realizada por la Empresa Brasileña de Investigación Agropecuaria (Embrapa), Brasil podría convertirse en el mayor exportador mundial de granos en los próximos cinco años. Actualmente, el país ya produce suficientes alimentos para alimentar a más de 800 millones de personas en todo el mundo.

Así, la gestión inteligente de los recursos hídricos en el sector agroindustrial ayuda a minimizar el consumo de agua para la producción de alimentos y a optimizar el rendimiento de los cultivos, lo que la hace prometedora como solución sostenible y económica, aportando además beneficios para la salud humana y ambiental.

Aún en el contexto de la producción agrícola, ya existen en el mercado diferentes tecnologías que pretenden mejorar la gestión del agua: El primer ejemplo son los sistemas de captación de agua de lluvia , es decir, grandes estructuras formadas por cisternas que recogen el agua, que puede o no ser posteriormente filtrada mediante métodos tradicionales de eliminación de impurezas mediante agentes neutralizantes –como carbón activado o luz ultravioleta–, para luego ser almacenada y distribuida por toda la propiedad.

proyectos de desviación de ríos, lagos y lagunas a gran escala , que benefician principalmente a los grandes productores, pero también causan deforestación, desertificación y pérdida de biodiversidad. Este segmento también incluye la construcción de presas, una estructura que cruza el curso del agua y crea un embalse artificial para abastecer la propiedad.

Una tercera tecnología son los dispositivos de desalinización de agua de mar y agua salobre , que pueden beneficiar a las propiedades en la región costera del país. La desalinización ya se practica en países mayoritariamente ricos, como Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos, Estados Unidos, España, Kuwait y Japón. Los procesos de desalinización existentes se dividen en las siguientes categorías: destilación, congelación, electrodiálisis y ósmosis inversa.

En el proceso de destilación, el agua se calienta hasta su punto de ebullición y el vapor pasa a un condensador, separando el agua pura de las sales que quedan en el recipiente original. De igual forma, el proceso de congelación implica enfriar el agua y, debido a la diferencia de punto de congelación entre la sustancia pura y su solución, las sales se separan del agua. La electrodiálisis, por otro lado, es un proceso que separa iones (aniones y cationes) de soluciones acuosas en presencia de un campo eléctrico a través de una membrana semipermeable, separando únicamente las sales del agua. Finalmente, la ósmosis inversa se produce mediante presión y la presencia de una membrana semipermeable que retiene el soluto. Este proceso, además de eliminar las sales del agua, también elimina hongos, bacterias y virus.

Finalmente, una cuarta posibilidad es el uso de sistemas de riego inteligentes , una técnica que busca suministrar agua de forma controlada a los cultivos directamente a sus raíces, mediante el goteo de agua retenida a presión en tuberías subterráneas. Esto garantiza que los cultivos reciban agua en el lugar correcto, en el momento oportuno y con el caudal requerido, mejorando la calidad de los cultivos y reduciendo el desperdicio de agua.

Impulsados ​​por un fuerte sentido de responsabilidad ambiental, Quasar Space ofrece soluciones para reducir el consumo de agua tanto para grandes como para pequeños productores. Gracias a nuestra Cygnus y al monitoreo remoto mediante imágenes satelitales, evaluamos la cantidad y calidad del agua en el suelo, lo que nos permite detectar escasez y fugas, y medir el volumen de agua necesario para regar cada parcela en un momento determinado. Simultáneamente, el uso de dispositivos especializados permite implementar un sistema de riego inteligente: los equipos, además de medir el consumo de agua, utilizan los datos recopilados por Cygnus y los satélites para regar el suelo de forma precisa y autónoma.

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